No Importa Que Me Haya Caído, Me Levanté Más Fuerte

Juan Manuel – Graduado de Narconon Mediterraneo.

Hice el programa de Narconon hace 22 años, consumía cocaína y alcohol, Narconon fue el primer y último programa y me salvo la vida.

Debo empezar por decir que no crecí en una familia en la que hubiera tenido traumas, tuve una familia que me amó y me lo dio todo, no pase situaciones angustiantes que luego me servirían como excusa para empezar a consumir drogas y tomar alcohol. Tuve una vida que se podría llamar bastante normal.

Hoy después de tantos años creo más bien que fue la cultura en la que vivía, la normalización del alcohol que existe en nuestro país y quizá la poca predicción que tenía acerca de lo que podía ocurrir, que no me dejaba visualizar las consecuencias.

Tenía 21 años cuando culmine mi carrera en el ejército, era muy joven y después del ejército tenía mucho entusiasmo por la vida, quería tener mi propio negocio y hacer dinero.

Lo primero que hice fue abrir una ferretería, me iba muy bien estaba haciendo lo que quería; generar dinero, y esto me permitía tener una vida social amplia, solía tomar alcohol todos los días después de la jornada laboral.

Un día un vecino que tenía un negocio frente al mío, me invitó a su negocio y me preguntó si alguna vez había probado cocaína, dije que no y me dijo pruébala que te va a gustar, esa fue la primera vez que la probé y no pare de consumirla desde ese momento. Se podría decirse que fue el principio del fin.

De ahí en adelante pasaron 5 años en los que consumía cocaína a diario y seguía tomando alcohol, sin embargo, para mí la vida iba bien, tenía una novia, tenía dinero, yo pensaba que tenía todo lo que necesitaba.

Poco tiempo después empecé a tener delirios de persecución, era paranoico y físicamente empecé a no poder dormir y vomitar sangre en las mañanas, empecé a notar lo que la droga estaba causando en mí.

La cocaína es una droga silenciosa, te va consumiendo por dentro y no lo notas desde afuera, porque afuera solo se ve la euforia que causa cuando la consumes, y la falsa seguridad en ti mismo y no te das cuenta que te está consumiendo. Sin embargo, a pesar de ello yo seguía consumiendo. Sin mencionar que consumía hasta 7 gramos al día, y dejaba de comer por largos periodos.

Empecé una nueva rutina en mi vida en donde me levantaba y lo primero que hacía era tomar alcohol, hasta el mediodía y en la tarde consumía cocaína, para “equilibrar”.

Esta nueva rutina me llevo a acabar con mi negocio, y tuve que buscar un nuevo trabajo donde termine conociendo a quien sería mi esposa y madre de mi hija, ella no consumía drogas, pero si tuvo que lidiar con mi manera de ver la vida y mi comportamiento.

Estaba aún muy lejos de tocar fondo, era muy bueno en mi trabajo y eso me ayudaba a mantener mi vicio y a mi familia. Con el tiempo abrimos nuestra propia empresa con mi esposa, teníamos mucho éxito en el trabajo, pero nuestra relación ya empezaba a deteriorarse.

Creo que el hecho de que en este punto de mi vida me fuera tan bien económicamente, no me dejaba ver que tenía un problema, no sabía que era una bomba de relojería.

Empecé a darme cuenta y ser consciente del tremendo dolor que mi esposa estaba sintiendo al verme destruyendo mi vida y la suya, mi solución fue divorciarme de ella para que no sufriera en vez de dejar la droga y tener una familia, desde ese momento todo se fue destruyendo rápidamente, perdí el negocio, me gasté hasta el último euro que tenía en drogas, y fiestas.

Y aunque parezca increíble aún no tocaba fondo. Seguía trabajando como podía y haciendo lo necesario para mantener mi consumo. Hasta el punto en que terminaron despidiéndome de la empresa en la que trabajaba y un amigo que me había dejado quedar en su casa no me aguanto más y me dijo que me marchara y me quede solo.

Me di cuenta que solo tenía un lugar a donde ir en ese momento el camello (vendedor de drogas), a quien yo creía la única persona que me podía ayudar a sentirme mejor. Llegue a su casa y tenía lo que yo pensaba que necesitaba, droga. Hubó un momento en que vi que la única persona que me quedaba cerca en el mundo era el camello, sentí que había llegado al punto más bajo, toqué fondo realmente y salí a buscar ayuda.

“Quiero dedicar el tiempo que me quedé de vida a ayudar a los demás, a asegurarme que detrás de mí se queda un mundo mejor por que hice algo para que así fuera”

Un 23 de diciembre encontré Narconon, solo tuve que llamar para que de inmediato estuviera allí para recogerme y llevarme al centro de Narconon Mediterraneo.

Llegue completamente fuera de sí, llevaba dos días consumiendo, el personal de Narconon inmediatamente me brindo ayuda a mi llegada. Recuerdo que cuando estaba en el paso del programa llamado retirada, el especialista que estaba todo el tiempo conmigo me hizo un procedimiento que en Narconon se le llama ayuda, el cual te ayuda a calmar tu mente y el dolor que tenía en mi interior por haberlo perdido todo, recuerdo como en ese momento pude sentir como mi mente se aclaraba, como era consiente de mi entorno, era consciente de los pajaritos afuera cantando, de las flores, sus colores y olores, ahí en se instante sabía que estaba en el lugar correcto.

Me sorprendió mucho como me hicieron sentir, como en casa, no me juzgaron, no me trataron como un enfermo, sino como un ser humano en busca de ayuda y de una nueva oportunidad para su vida, no sentí que fuera etiquetado y sentí que tenía una nueva esperanza para mi vida. Además, debo admitir que encontrar Narconon para mí fue algo divino, algo que tuvo que haber hecho Dios por mí.

Hacer el programa de Narconon Cambio mi vida para siempre, aprendí a comunicarme mejor, obtuve herramientas para poder elegir mejor a las personas que me rodean en la vida, volví a soñar a tener metas y ambiciones, inclusive quería ayudar a los demás, quería que todo el que hubiera pasado por una situación como la mía tuviera de nuevo una oportunidad y pudiera hacer este programa.

Mi experiencia con Narconon fue única, y sé qué no hubiera recibido un mejor trato en ningún otro lugar. Mi hija de dos años en ese momento venía a visitarme a Narconon y corría por la recepción en busca de su padre, Narconon le devolvió a su padre.

Cuando salí del programa tenía ganas de comerme el mundo, logre abrir una nueva empresa, recupere la confianza de mi familia y finalmente era un padre para mi hija.

Fue impresionante como mis metas en la vida cambiaron a pesar de que tenía una empresa y me iba muy bien, tenía la inmensa necesidad de ayudar a otros, y empecé a ir como voluntario a centros de rehabilitación, y eso me llevo a darme cuenta de que no había otro programa como Narconon. Así que decidí unirme al staff de Narconon después de 22 años de haberme rehabilitado.

Quiero dedicar el tiempo que me quedé de vida a ayudar a los demás, a asegurarme que detrás de mí se queda un mundo mejor por que hice algo para que así fuera.

El ver a las personas llegar como llegan, sin esperanzas y con sus vidas destrozadas y que luego recuperen a sus familias y sean felices no tiene precio y me llena de satisfacción.

Lo que yo le diría a cualquier persona que se encontrara en una situación así es que, no importa cuántas veces te hayas caído lo importante es levantarse, y levantarse más fuerte, y eso es lo que yo encontré aquí, fuerza.

Sé que da miedo, sé que te preocupa el dolor y lo que puedes experimentar si intentas salir de las drogas, pero también sé que te vas a encontrar con un equipo de especialistas que te van ayudar a salir y hacerlo bien y de manera natural.

Gracias Narconon, gracias por salvar mi vida, ya que esto ha permitido que ahora yo pueda dedicarme a salvar a muchos más.

Juan Manuel – Graduado de Narconon Mediterraneo.

AUTOR
ML

María Luisa Barcala

NARCONON MEDITERRÁNEO

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS